diciembre 2021 Archivos
Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.
Pero a todos los que les recibieron, que son los que creen en su nombre, les dio el poder de ser hijos de Dios.
Vino a su propia casa, y los suyos no le recibieron.
Nadie ha visto jamás a Dios; pero el único Dios, que está a la derecha del padre, se ha dado a conocer.
Y los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.
Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.
Porque ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Mas el ángel les dijo: No teman, porque les traigo buenas nuevas, que serán de gran gozo para todo el pueblo.
Y sucedió que mientras estaban ellos ahí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta.
Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre del señor será salvado. Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sálvense de esta perversa generación. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas.
Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Él les es anunciado el perdón de los pecados; y que de todas las cosas que no pudieron ser justificadas por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.
Oh Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos.
Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado.
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Uno considera que un día es superior a otro, otro considera iguales todos los días. Cada cual deber estar plenamente convencido.
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgarlo, sino para que el mundo sea salvo a través Él.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.
La salvación es del Señor. ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición!
Para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y la tierra, y debajo de ella también, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre.
Sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Su actitud debe ser igual a la de Jesús: Quien, siendo de naturaleza divina, no consideró eso como algo a lo que aferrarse.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá de nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros.
Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
Pero mientras pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo.