agosto 2022 Archivos
Vengan, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor. Porque Él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano.
Así pues, ya no son extranjeros ni advenedizos, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.
No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos son uno en Cristo Jesús.
Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creas en el que Él ha enviado.
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.
Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, y nada los hace tropezar.
Amo al Señor, porque oye mi voz y mis súplicas. Porque a mí ha inclinado su oído, por tanto le invocaré mientras yo viva.
Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh Señor, me sostendrá. Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí, tus consuelos deleitan mi alma.
El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?
De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, elevaré una oración al Dios de mi vida.
Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Pero el que se glorifique, que se glorifique en el Señor. Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.
He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a su casa y cenaré con él, y él conmigo.
Porque somos obra suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, el cual tiene de Dios, y que no son de ustedes? Pues por precio han sido comprados; por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.
Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas.
Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
¿No se venden cinco pájaros por dos cuartos? Y sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Es más, aun los cabellos de sus cabezas están todos contados. No teman ustedes valen más que muchos pájaros.
Porque el Señor se deleita en su pueblo; adornará de salvación a los afligidos.
Porque el Señor es nuestro juez, el Señor es nuestro legislador, el Señor es nuestro rey, Él nos salvará.
La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna.
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos.
Así dice el Señor que hizo la tierra, el Señor que la formó para establecerla; el Señor es su nombre: Llámame y te responderé y te haré ver cosas que no conoces.
Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón.
Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.
Tú eres mi refugio y mi escudo, en tu palabra pongo mi esperanza.