octubre 2022 Archivos
San de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resistan firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo.
Porque por gracia han sido salvados por medio de la fe, y esto no de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Por consiguiente, hermanos, les ruego por la misericordia de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que su culto racional.
Porque: Toda la carne es como la hierba, y toda su gloria como la flor de la hierba. Secase la hierba, secase la flor, mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que les fue predicada.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.
Hablando entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor; dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia.
El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!
Llévense los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo.
Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.
Restitúyeme el gozo de tu salvación, y sostenme con un espíritu de poder.
Deléitate en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón.
Espera al Señor; esfuérzate y alienta tu corazón. Sí, espera al Señor.
Los secretos del Señor son para los que le temen, y Él les dará a conocer su pacto. De continuo están mis ojos hacia el Señor, porque Él sacará mis pies de la red.
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío.
Oh Señor Dios, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
Y no se adapten a este mundo, sino transfórmenlo mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.
Confíen en Él en todo tiempo, oh pueblo, derramen su corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio.
Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días. Muchos son los planes en el corazón del hombre, mas el consejo del Señor permanecerá.
En pos del Señor nuestro Dios andarán y a Él temerán; guardaran sus mandamientos, escucharan su voz, le servirán y a Él los unirá.
Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador. Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he proclamado, y no hay entre ustedes dios extraño; ustedes, pues, son mis testigos—declara el Señor— y yo soy Dios.
Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.
Confíen en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna.
Busca al Señor mientras puede ser hallado, llámale en tanto que está cerca.
No te jactes del mañana, porque no sabes lo que el hoy qué traerá.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro.
Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de mí. Regocíjense y alégrense, porque su recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.