febrero 2024 Archivos
Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación
Mas ¿dónde están tus dioses, los que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad; porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá.
Respondió Daniel ante el rey, y dijo: En cuanto al misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, encantadores, magos ni adivinos que puedan declararlo al rey. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios.
Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
Pero Jesús, por su parte, no se confiaba a ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre.
Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
A éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, lo clavaron en una cruz por manos de impíos y lo mataron
Dejen de considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en su nariz; pues ¿en qué ha de ser él estimado?
No temas, oh tierra, regocíjate y alégrate, porque el Señor ha hecho grandes cosas.
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Te desposaré conmigo para siempre; sí, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en misericordia y en compasión; te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás al Señor.
Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre este solo; le haré una ayuda idónea.
Será humillado el orgullo del hombre y abatida la altivez de los hombres; el Señor solo será exaltado en aquel día, y los ídolos desaparecerán por completo.
Porque yo detesto el divorcio--dice el SEÑOR, Dios de Israel--y al que cubre de iniquidad su vestidura--dice el SEÑOR de los ejércitos--. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no seáis desleales.
Hagan todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecerán como estrellas en el mundo.
Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar.
Rasguen su corazón y no sus vestidos; vuelvan ahora al Señor su Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal.
Espántense, oh cielos, por esto, y tiemblen, queden en extremo desolados—declara el Señor. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.
La discreción velará sobre ti, el entendimiento te protegerá.
Porque somos obra suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
¡Ay del que obtiene ganancias ilícitas para su casa, para poner en alto su nido, para librarse de la mano de la calamidad!
Porque por gracia han sido salvados por medio de la fe, y esto no de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.
Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así vayan en Él; firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud.
Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse,
Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia se han salvado).
Nada hagan por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo
Entonces oró Jonás al Señor su Dios desde el vientre del pez, y dijo: En mi angustia clamé al Señor, y Él me respondió. Desde la profundidad de la tumba pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz.
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.