Pensamientos sobre el Verso de Hoy
Manchas de oxidación, de tierra, de sangre, ¡hasta de chocolate! Estas manchas son pesadillas para el lavado. No quedan en la superficie de la tela, sino que llegan hasta la misma fibras de nuestra ropa. La maldad es algo igual. No debemos engañarnos. Corrompe y deja un residuo que sigue corrompiendo todo lo que toca, incluyendo los corazones de gente decente. Por eso nos urge alejarnos de la maldad y evitar su presencia. Por eso también murió Jesús, no solo para vencer al Maligno, sino para limpiarnos de la mancha y su residuo.
Mi oración
Padre, te pido que guardes mi camino dandome amistades Cristianas que me ayuden a guardar mi vida de la maldad. Ayúdame Padre, mientras trato de compartir el poder limpiador de Jesús con los que se encuentran bajo el poder destructivo y deceptivo de la maldad. En el nombre de Jesús oro, Amen.