Pensamientos sobre el Verso de Hoy
La disciplina, aun cuando no se confunde con castigo, se considera una cosa negativa, irritante e innecesaria. La parte perezosa y pecaminosa no quiere límites, aun si son buenos; tampoco dirección por si se contradice lo que queremos hacer. Pero el Señor nos disciplina con amor para bendecirnos. Es una señal de su gozo. ¿Por qué? Porque no está contento al dejarnos sin cambios, sin motivación y sin rumbo. Quiere movernos más cerca a nuestra meta: ¡Jesús!
Mi oración
Confieso, Santo Padre, que no me gusta a la disciplina. Sin embargo, Padre, en realidad, sé que tu disciplina es para mi bien espiritual. Ayúdame a reconocer las situaciones en mi vida, utilizándolas para ser más como Jesús, en cuyo nombre oro, Amén.
