Pensamientos sobre el Verso de Hoy
Dios nos recuerda que nuestras palabras y la manera de hablar tienen un gran impacto en la calidad de vida que gozamos. Nada interrumpe una vida vibrante como las palabras malignas y mentiras que decimos. Desatan una gran fuerza de decepción y daño que no podemos controlar. Este poder no solo daña a las personas de y de quienes hemos hablado, sino eventualmente a nosotros mismos. Seamos gente que habla lo que es correcto, bueno, verdadero y una bendición. (Efesios 4:20 a 5:12)
Mi oración
Santo y Justo Dios, mi Padre, purifica mi corazón y limpia mis palabras de todo engaño, chisme, vulgaridad, maldad, mentira, exageración, distorsión y palabras que hieren. Que las palabras de mi boca y las intenciones de mi corazón sean agradables a ti, Oh Dios. En el nombre de Jesús, Amén.