Pensamientos sobre el Verso de Hoy
Es cuando Israel quedó abatido en la presencia de un enemigo despiadado quien le robó toda su gloria, desnudando el alma misma del pueblo de Dios, Él dio esta promesa. Mientras la destrucción se les vino encima por su rebelión y pecado, el castigo de Dios no fue solo una respuesta de pena, sino también de redención. En el momento de su destrucción, Dios prometió prosperidad, esperanza y un futuro. Tal como un doctor está obligado a causar dolor cuando debe reponer un hueso roto, la disciplina de Dios no es caprichosa, sino curativa y por último produce vida.
Mi oración
En mis luchas, Oh Señor, ayúdame a encontrar tu gracia, no en el alivio de la lucha y el dolor, sino en la redención y cambio de corazón y hábitos a tu gloria. Por tu gracia y en el nombre de mi Salvador Jesús lo pido, Amén.