Pensamientos sobre el Verso de Hoy
El orden de la obediencia es siempre igual: Dios se revela, Dios nos bendice y Dios pide que respondamos. Es decir, Dios bendice primero y luego pide obediencia. Dios es todopoderoso y supremo. Podría exigir la obediencia a base de quién es, pero no lo hace. Decidió revelarse por medio de las Escrituras, por la naturaleza, y por su obra de salvación. Quiere que lo conozcamos y que respondamos a Él. Nuestra obediencia puede ser difícil y lo pedido puede ser difícil de entender. Pero sabemos que proviene de un Padre que ya pagó un precio enorme para redimirnos y que ya se mostró fiel.
Mi oración
Dios Santo y Todopoderoso, eres digno de toda gloria y honor. Sé que tus exigencias se basan en tu amor por mí y tu deseo de bendecirme. Quiero servirte con mi corazón entero. Quiero que mi obediencia se ofrezca gozosamente. En el nombre de Jesús, Amén.