Pensamientos sobre el Verso de Hoy
En los días del nacimiento de Jesús, hubo un grupo de personas humildes y devotas que todavía buscaban la redención de Dios. Sabían que la salvación no podría, y no vendría, sin un gran costo, no solo a ellos mismos, sino a Dios. Isaías dio señales de tal cosa en los Cantos al Siervo (Isaías 53). Lo habían experimentado en su propia historia. Así con sus corazones confesaron que no tenían el poder de traer la salvación. Este poder tenían que venir de Dios y se les revelaría a las personas que buscaran conversión en sus vidas. Tenían que pedirle a Dios. Tenían que buscar su cara, su presencia en sus vidas. ¡Nosotros también!
Mi oración
Oh Señor, Dios de cielo y tierra, Rey de toda creación, te alabo. Te alabo por tu poder y gloria. Te alabo por tu sabiduría y creatividad. Te alabo por tu misericordia y justicia. Te alabo porque solo tú eres digno de mi alabanza. Oh Señor, solo tú puedes traerme la salvación plena. Te pido que me hagas reconocer tu presencia en mi vida. En el nombre de Jesús, oro, Amén.
